miércoles, 4 de febrero de 2015

Cuento de enero. LA NUEVA VIDA



Cuando se dio cuenta de que estaba al otro lado del espejo un grito ahogado se le atascó en el pecho. Sintió las leves y tibias cosquillas que le hacían las lágrimas al rodar por sus mejillas, silenciosas y suaves como una caricia robada.

Apoyó la mano sobre el cristal que la separaba de su vida con incredulidad, temiendo que su contacto conllevase algún efecto imprevisible y doloroso.  Como si eso importara, como si pudiese ocurrir algo peor que lo que ya estaba viviendo.  ¿Qué coño había pasado?