jueves, 24 de octubre de 2013

A LA CAZA DE UNA VOCACIÓN

Sentir la llamada de una vocación debe ser una experiencia casi mística.

Sentir la llamada de una vocación  debe ser una experiencia casi mística.

Siempre me ha dado envidia la gente que sentía la llamada ineludible de alguna profesión, aquellos que siempre han tenido claro qué querían hacer con sus vidas. Sí, lo reconozco, me da envidia cochina. Médicos, enfermeras, policías, músicos, actores, misioneros, maestros, deportistas, religiosos, bomberos, astronautas, cocineros… Incluso he conocido a algún abogado que lo es por vocación. Curioso pero cierto.

Las vocaciones son algo inexplicable que no sé si atribuir a la mística, a la genética, al entorno o a la educación, pero en cierto modo vienen a facilitarle la vida al que la siente. La vocación se convierte en su meta y alcanzarla imagino que debe ser una experiencia incomparable, el éxtasis en lo que a la vida profesional se refiere.


El médico que llega a doctorarse, puede no ganar lo suficiente o aburrirse de los hipocondríacos, pero no creo que jamás se plantee que debería haber sido administrativo. No me imagino a Fernando Alonso, por cabreado que esté con su coche, mirando al cielo y preguntándose porqué no se decidiría por montar una tienda de variantes o a Penelope Cruz suspirando por una mercería.

Cuando la vocación dirige tu vida el no lograr el éxito esperado es un inconveniente, sí, pero no un drama. Un claro ejemplo es mi amigo Manolo Andrés, que siempre quiso ser actor. Luchó contra viento y marea en una época en la que sí que había que tener pelotas para enfrentarte a tu familia, no tuvo una vida fácil ni llegó a ser famoso, pero murió teniendo por bandera el orgullo de haber vivido siempre de su amada profesión. Eso siempre me ha puesto los pelos de punta. Sin embargo, cuando fracasas haciendo algo que no te gusta, creo que la cosa es peor y te sientes miserable.

Lo malo es que, siendo realistas,  son muy pocos los afortunados que reciben esa clara llamada desde sus primeros pasos, los que son bendecidos con esa ayuda “divina”, y menos aún los que además cuentan con las habilidades mínimas para materializarla. La gran mayoría de los mortales nos pasamos la vida haciendo algo que no nos gusta excesivamente y a lo que llegamos por pura casualidad. Así, tal cual. Nos permitimos el lujo de no llevar las riendas de nuestras vidas porque somos bastante cobardes e inconscientes.
Cobardes porque nos conformamos con encontrar un medio con el que ganarnos la vida sin exigirnos  averiguar cómo podríamos ser mejores y más felices.  Cobardes porque siempre tenemos  alguien o algo a quien echarle la culpa de nuestras desgracias. Cobardes porque no nos atrevemos a enfrentarnos a la familia, a la sociedad o a nosotros mismos para buscar nuestro propio camino. Inconscientes porque no nos damos cuenta de lo rápido que pasan los años, de que nuestro mayor tesoro es el tiempo y de que tirarlo por la borda haciendo algo que no nos gusta es bastante triste.

Bien,  ahora viene lo bueno. Los años me han enseñado que somos capaces de hacer muchísimas más cosas de las que a priori pensamos. Esta capacidad multifunción es la que puede permitirnos encontrar nuestra vocación tardía y reorientar la vida. No tenemos porqué hacer lo mismo siempre, podemos cambiar en cualquier momento y de hecho creo que debemos hacerlo, sobre todo los que somos “vocaciónespecífica-less“.Por ejemplo, no conozco a nadie que no admire a Leonardo Da Vinci, y él se metía en todos los fregados (¿me pregunto qué habría puesto su DNI en profesión?).

Los años también te ayudan a la hora de centrarte, ya que hay cosas que por definición no puedes hacer: no puedes ser niño cantor de Viena, gimnasta o deportista de élite. Tampoco bailarina clásica o niño prodigio. Pocas posibilidades para top model o sex symbol. Nada que hacer con astronauta, integrante del Circo del Sol o rompe récords extremos de Red Bull…Y para qué hablar de montar un grupo musical de adolescentes… Bien, vamos tachando opciones.

En mi caso, la carencia de vocación acompañada por la ausencia de buena suerte laboral me ha llevado a seguir los caminos más diversos:  estudiante de derecho, de marketing, azafata, modelo, traductora, editora del Guinness, periodista de belleza, negra para una escritora de novelas rosas, directora de una agencia de modelos, coreógrafa de pasarela, producción en un estudio de sonido publicitario, camarera, cocinera, organizadora de eventos, correctora, profesora… en fin, mirándolo con perspectiva, el palmarés de una incoherente o de una superviviente. En cualquier caso, lo cierto es que soy capaz de hacer todas esas cosas y que he disfrutado con  todas y cada una de ellas.

Hay veces que la zanahoria de un contrato indefinido te cierra el cerebro a las novedades y a los instintos, y un día te despiertas pensando que llevas un montón de años más aburrida que una mona…  Hacer un poco de autoanálisis, saber qué cosas te hacen felices y cuáles no, qué te divierte y qué te aburre puede ser un buen punto de partida para saber qué hacer, qué camino tomar en esta nueva etapa.

Nunca se me olvida la sabia afirmación de mi padre: “trabajar es malo, sino no pagarían por hacerlo”. Cierto es, pero dentro de los límites de felicidad que nos permite la obligación, hay cosas que nos divierten más que otras. Yo odio los números pero me gusta escribir… Me gusta la gente, pero no me gusta hablar de dinero. Estos “me gusta” “no me gusta” creo que  ayudan, además de a tu perfil de Facebook,  a hacer descartes e iluminar un poco el camino.

Nos ha tocado vivir una época que tiene muchas cosas malas, sí, pero también muchas buenas.  De entrada hace años la vejez llegaba mucho antes. El que antes era viejo, ahora es solo “madurito” y eso está muy pero que muy  bien.  Hay muchas cosas que se pueden hacer, muchos caminos que tomar, un mundo de posibilidades de información y de formación… y quien sabe si de encontrar definitivamente nuestra verdadera vocación.   Como dice el refranero, nunca es tarde si la dicha es buena”  y “la ocasión la pintan calva”, así que ¡a por ello sin más dilación! y si no acertamos tampoco esta vez pues “¡a  otra cosa, mariposa!”.  

Publicado Originalmente en Wordpress, el 24 de octubre de 2013
http://magdalenacruzmartin.wordpress.com/2013/10/24/a-la-caza-de-una-vocacion/


22 comentarios en “A LA CAZA DE UNA VOCACIÓN”

  1. Luis Sampedro dijo:
    Me encanta, como escribes. No has pensado en ” reinventarte” como escritora de libros.
    Besos y abrazos.
  2. Mi única condición era colgar la corbata y trabajar en pantalón corto, chanclas y gafas de sol y sólo tenía como opciones limpiar piscinas, vender pareos en la playa o algo relacionado con los barcos…
    • jaja… Creo que tomaste la decisión adecuada, así me queda a mí lo de vender pareos. Adivina lo que le toca a PAxti?? ;-) Gracias
  3. María José "La gorda" dijo:
    Hermanita eres la mejor!!!
    Gracias por escribir. Nos haces más felices a todos, sobre todo a tus lectores adictos.
    Olé por Manolo Andrés! Seguro que está encantado viendo que escribes.
    Te quiero
  4. Angel , el tartero. dijo:
    ¡Eres mu’ grande,mari mada! Ya veras como, al final, vamos y lo conseguimos…¡por cansinos! Tu …también te has dao cuenta…¡no? Besos
  5. patxi dijo:
    Aaarrr!! Era yo no tu!!
  6. julio jordan dijo:
    Mi amor tu vocación la tienes clara desde muchos años pero tu misma dices lo que hay que hacer. HAZLO!!!! Te quiero y siempre estaré ahi para lo que haga falta, pero porfavor empieza a poner en práctica tu vocación. eres de lo mejor que he leido y lo sabes.
  7. cristina gil dijo:
    Mientras le doy al café, a la magdalena (sin buscarlo, pequeño homenaje a la autora…), escucho como la lluvia golpea en la barandilla de la corrala, que supongo cae con fuerza porque el carro sí que ya nos lo han robado, o pá ver si se escurren en la acera alguno de estos malos que los mandaba yo páEstrasburgo Ay Omá cuanto tonto hay suelto… pues decía, escribía, que mientras desayuno leo y siendo yo persona que hasta hace 25 días tenía la suerte de trabajar vocacioneando, a día de hoy siento o presiento que mi vocación talvez me ponga más trabas en el momento de decidir por donde tirar, porque no quiero dejar de ser restauradora, pero intuyo que por ahí, la cosa está difícil.
    Siempre lo estuvo. Ahora más.
    Así que puestos a pedir un deseo mientras Ana Rosa aparece en la pantalla (zapeo. Claro) pido que la vocación y fuerza no me abandonen, y conseguir tomarme mi nueva situación de parada como desde el principio ví en tí, Magda, con tanto humor e inteligencia que me dejaste muda, y mira que eso parece imposible.
    Enhorabuena por no ser nada jerrumbrienta, mona.
    Ah! Y me ponga a los pies de su marido, y le susurre de mi parte en el oído… Hala Madrid…
    • Le he hecho el susurrado pertinente a Paxti y ha dado mejor resultado que un picardías… Cómo sabes, maestra!! Ahora en serio, no puedes permitir que las fuerzas te abandonen, y menos aún que dejes de “vocacionear”, aunque sé que eso es imposible. Te agradezco muchísimo lo que me has enseñado, lo que me has hecho reír, el que nos hayas hechos partícipes de tu vocación y que nos hayas mostrado un mundo apasionante… Eres la mejor, y ninguna Junta Municipal puede cambiar eso.
  8. Ame dijo:
    Tacha, tacha, verás cómo al final te queda el de “Premio Planeta”…
  9. Justi dijo:
    Realmente inspirador. Estando de acuerdo con muchos de los que han dejado un comentario, es un placer leer lo que escribes. Tienes un don. Gracias. Por favor sigue haciéndolo.
  10. ALMUDENA BARRIO dijo:
    ¡¡¡Cuanta razón tienes pero que difíciles son los cambios!!!!
    ¡¡Me dejas gratamente sorprendida!! ¡¡Cómo escribes!! No conocía esta faceta. No has pensado en dedicarte a ello mas a menudo… tienes un futuro prometedor…!!!!
    Sobre la foto….sin comentarios…..JA, JA, JA…….
    Besos
  11. Sisa Sisona dijo:
    Magdalena, me encantas!!!! Tu vocación está clara!!! ánimate que tienes muchos fans. Muchos besitos
  12. Tony dijo:
    Hola Mada,
    Después de leerte por segunda vez, me pregunto: ¿y por qué tarda tanto entre un artículo y otro?.
    Después de mucho pensar tengo la respuesta: ¡¡ Mada eres mala !!. Sí, eres muy malota. ¿Por qué ?: por que te gusta hacernos de rabiar mientras esperamos tu nuevo artículo. ¡Seguro que en Halloween te disfrazas de bruja y asustas a las niñas pequeñas!.
    Besos. Chica.
  13. Marisol dijo:
    Simplemente genial !!!!!!!
    Ya te lo han dicho todo y por supuesto estoy de acuerdo, solo añadir una cosa……
    Entre post y post “El Libro”.
    Besosssssssss
  14. Nacho dijo:
    Esta es la humilde opinión de un madurito:
    ¡¡TU PADRE TENÍA MÁS RAZÓN QUE UN SANTO!!
  15. Carmen Plana Andres dijo:
    Escribes divinamente… No lo dudes. Tu vocación, entre otras, es escribir. Y no te creas que los médicos lo tenemos tan claro.Lo que pasa es que la mayoria no sabemos hacer otra cosa. Yo si supiese escribir como tu, igual, me lo replantearía.
    Eres genial!!!
  16. Isi dijo:
    Magdaaaaa!!!! ponte a escribir un libro pero yaaaa!!!! y si no… A TU PADRE QUE VAS ;-)
    Te quiero guapa. Eres la mejor
    Isi

1 comentario: