miércoles, 17 de septiembre de 2014

METÁFORAS DE LA VIDA


Un guiño del destino


Hace más de siete años que mi alguien especial me regaló una orquídea. Me hizo muchísima ilusión porque sabía perfectamente que constituia la materialización de unos sentimientos que el "regalador" no era capaz de traducir a palabras. Lo de hablar no es lo suyo, así que recibí aquella preciosidad a sabiendas de que sus flores eran el espejo de su alma. Eran unas bellísimas orquídeas blancas, tan níveas que parecían resplandecer,  sólo manchadas en su pureza por unos ligeros toques amarillos y rojos en su exótico corazón. Era como si calidez del sol y la fuerza de la pasión vinieran a aportarle aún más vida a la perfección de su belleza.


Durante unas semanas mis queridas orquídeas me alegraron la vista y al llegar a casa,  cada vez que las miraba, un arremolinamiento amoroso me hacía sonreir... ¿Cursi? Sí, claro, pero las chicas somos así.

El caso es que pasado el plazo natural  de supervivencia  de una orquídea, aquellas milagrosas y  frágiles flores fueron marchitándose hasta desprenderse de su vara, he de decir que  ya de un color menos puro y níveo y más parecido al de las calles de Madrid tras una nevada en hora punta. Me quedaron sólo como recuerdo sus hojas largas, planas y carnosas y la vara, ya seca,  que seguía erguida orgullosamente en su momificación como si aún pendiese algo de ella.

Me hice el propósito no sólo de conseguir que siguera viva, sino de que volviera a florecer. Me fui a hablar con varios floristas con el fin de averiguar qué tenía que hacer para lograrlo:

- El orgulloso palo seco, que en otro tiempo fuese portador de tanta belleza, debía ser cortado por encima del primer nudo. Lo hice.

- Por supuesto debía comprarle vitaminas específicas para orquídeas que, como es de suponer, para una planta que no es nacional ni fácil de cultivar, costaba mucho más que un abono cualquiera.  ¡Lo compré sin dudarlo!

- Algunas lecturas en la red me desvelaron el hecho de que era imprescindible un macetero transparente puesto que sus raíces son aéreas y necesitan la luz del sol... Tras recorrer Madrid sin éxito en busca del translúcido contenedor, me fabriqué una con un vaso de plástico de litrona.

- Además, el supervaso nido debía contener un sustrato específico a base de corteza de un pino especial para que mi preciado tesoro viviera feliz. ¡Pues se compra!

Una vez hecho todo aquello y situándola en un sitio donde le diera la luz pero no el sol directo y en el que disfrutase de una temperatura más o menos constante (nunca heladora pero tampoco demasiado caliente) me senté a esperar, mirándola cada día con ilusión... Y me tumbé. Y me cambié de peinado y cambió la estación. Y pasaron los días y las noches, las semanas y los meses y en  mi supermaceta no pasaba nada. Nada de nada, afortunadamente, ya que a diferencia de lo que me ocurre con las flores de Pascua, que mueren  irremediablemente  incluso antes de Nochebuena, lo que quedaba de la orquídea sobrevivió.

Aún sin la esperanza de volver a disfrutar de aquella explosión de belleza, la cuidé como a uno más, hablándole, regándola y limpiando sus hojas. En su litrona reciclada nos ha acompañado en las mudanzas, ha compartido eventos familiares, tardes de plancha, fiestas y noches de insomnio, eso sí, sin una sola flor. Sólo hojas nuevas de vez en cuando y unas raíces algo amenazantes que aparecen de repente y con las  que creo que intenta alcanzarnos.

Y de pronto, un día cualquiera,  sucedió. Cuando ya ni tan siquiera había vuelto a pensar en ello, un tallo diferente hizo su aparición, cargándose rápidamente de siete prometedores capullos.  Fueron abriendo uno a uno, con un par de días de diferencia entre ellos,  generando tanta expectación como el  más sensual de los stripteases, dando merecido protagonismo a  a cada una de las bellas. En un guiño del destino mi querida planta alumbró a siete espectaculares orquídeas justo siete años después de vivir con nosotros, adornando de nuevo mi casa y mi corazón.

¡Qué emoción! ¡No os lo podéis imaginar! Sólo pensaba en que si la hubiese abandonado por no florecer, si me hubiese deshecho de ella por su escaso valor decorativo jamás habría podido disfrutar de ese majestuoso espectáculo, de un renacer mil veces más hermoso que el exotismo juvenil de su primera época, porque ya no es una vara recta de vivero, sino que tiene su propia personalidad.  Aquí está, enseñándome que la paciencia es una gran virtud y que regalar cariño, respeto  y esfuerzo a otro ser vivo puede tener premio, aunque haya que esperar. Y  cuando se obtiene un fruto después de tanta espera se valora mucho más que el obtenido fácilmente, porque nos sorprende y deslumbra, porque nos hace dar las gracias por haber sabido aguardar hasta el momento del milagro.

Por todo esto creo que la vida me ha regalado una metáfora o, visto de otro modo menos poético, una orquídea con moraleja.

No debemos rendirnos antes de tiempo, no debemos tirar la toalla y condenar al olvido a algo o a alguien que no ha dado sus frutos rápidamente. Confiemos en los demás y en nosotros mismos,  en nuestra fuerza, en el poder de la insistencia, del amor y del trabajo del día a día, sin agobio pero sin descanso, sin rendirnos pero sin obsesionarnos por el éxito. Porque a veces, cuando pones todo lo que puedes de tu parte y sabes esperar, la vida te regala un milagro y premia tu insistencia y paciencia con unas orquídeas que harán que todo merezca la pena... 

Y cuando éstas se marchiten, que se marchitarán,  ya sabrás que todo puede suceder y que te puede volver a pasar algo bello, así que riega y limpia amorosamente las hojas de tu apuesta con esperanza y alegría, aunque a veces no puedas evitar  una cierta impaciencia y, como yo, cantes a menudo y en voz baja el conocido estribillo de "dime cuándo,cuándo, cuándooooo".
 






12 comentarios:

  1. Maravilloso comno siempre mi amor. Ojala muchos pensaran como tu, empezando por mi mismo. Te quiero

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    1. Mira, esta vez sí que ha llegado. Gracias, cariño. La verdad es que a veces hay que rebuscar un poco para encontrar el optimismo, para qué engañarnos, pero siempre está ahí, deseoso de que lo encontremos para acompañarnos :-) TQ

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  2. Me pasa como a Julio Jordán, mis cometarios no llegan, los escribo y se pierden en la inmensidad de ceros y unos.
    Lo intento de nuevo y vale como resumen de todos los intentos fallidos de entradas anteriores.
    "Escribe más a menudo, no dejes pasar tanto tiempo entre una entrada y otra.Me emociono cada vez que te leo, eres fuente de inspiración y transmisora de fuerza y buen rollismo.
    Esta tarde , a a la pelirroja, le llegara una orchidaseae blanche.
    Beso fuerte y escribe más más más más a menudo

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    1. ¡¡Ha llegado, ha llegado!! Qué alegría. Gracias por leerme y animarme, amigo. La pelirroja se merecece incluso una de cada color. :-) Un beso enorme para los dos.

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  3. Gracias, mona, me encanta esta metáfora o fábula o sinónimo o moraleja de la vida.
    Hasta pronto, espero, sigue dándole a la tecla por Dios te lo pido!!

    morganfairchaild.

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    1. Morgan, Morgan, cómo me alegro de tenerte cerca, de veras!! Sé a ciencia cierta que tus orquídeas llegaran al por mayor... ¡Te lo mereces! Aunque por lo que he visto ya empiezan a brotar las primeras y con fuerza, ¿no? XXXOOO

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  4. SOYUNAFERIA DICE:
    ¡¡¡Cómo puede ser que seamos tan parecidas!!!. Lo mismo tu sales perdiendo pero yo si me parezco a ti salgo ganando seguro.
    Eres fantástica, como cuentas las cosas. Siempre me emocionas y me haces feliz.
    Hace tres semanas rescaté de la papelera del despacho de mi jefe unas pequeñas hojitas de bambú que había podado. Estas, estaban unidas por un pequeño tronquito y una hojita que estaba amarilla. Al final la cogí, la deje con dos hojitas verdes y ahora ¡¡¡ya tiene raices!!!.
    Se llama Elenita y va a ser una luchadora, como yo, como tu, como muchos que tiramos hacia adelante sin perder la esperanza que es verde como mi pequeño bambú.
    Mando foto por wasap porque aqui no la puedo poner.
    Te quiero

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    1. Deseando estoy conocer a Elenita, jaja... ya verás, ya, cuando no podamos entrar en el salón de tu casa de tanto bambú como habrá... El paraíso de un panda va a ser la casa!! Yo también te quiero y vamos que si salgo ganando, ¡ya te digo!

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  5. Bonito, intenso, espectacular, es lo primero que se me ocurre después de leerlo.
    Gracias por estos regalos de reflexiones.
    No pares, sigue, sigue.....

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    1. GRACIAS solete. Con amigos como tú seguro que sigo, sigo y al ritmo de la canción :-)

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    2. Veo que tienes mucha gente que opina lo mismo que yo. " Escribir algo tan bonito,tierno y esperanzador" por unas orquídeas que ya casi las dabas por perdidas. No dudastes en ayudarlas para que saliera tal belleza otra vez.. La felicidad que te ha proporcionado el acontecimiento ya te describe. Eres una chica estupenda. Tu cariño nos hace bien a todos. En la foto estás guapísima no desentonas para nada con la belleza de tus flores.
      Te queremos un beso enorme. Esperamos deseosos la próxima entrega.

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