domingo, 4 de mayo de 2014

LAS NIÑAS


Las niñas que fuimos, que seguimos siendo, os deseamos a todas FELIZ DÍA DE LA MADRE


Hace unos años, mis padres recibieron la llamada de unos amigos de Venezuela. Su relación era muy estrecha, así que estos amigos les pedían que recibieran a unos conocidos suyos que viajaban a Madrid en unos días y  les ayudaran en algunas gestiones que debían realizar. Mis padres, siempre dispuestos, se prestaron  de buena gana a lo que les pedían, haciendo realidad la letra de la canción "los amigos de mis amigos son mis amigos". Mi madre, la relaciones públicas de la familia, fue la encargada de los contactos telefónicos preliminares,  de atenderles en todo aquello que necesitaron y, por supuesto y como gesto de bienvenida por excelencia, de invitarles a comer a casa, asegurándose de que aquel día sus tres hijas íbamos a estar para recibirles.

Conociéndola, supongo que les habló en repetidas ocasiones de sus niñas, de que las niñas iban a estar en casa, de que iban a conocer a las niñas, y de la mucha ilusión que le hacía que conocieran a sus niñas.



El hecho es que llegó el día de la comida de bienvenida. Llaman a la puerta y yo voy a abrir. Saludos, besos apresurados en la puerta. Noté que la mujer, con tres paquetes de la mano envueltos en papel celofán y con lazos de colores, dirigía insistentemente su mirada hacia abajo mientras intercambiamos saludos y achuchones. Se acerca mi madre, quien les rapta y casi a rastras les lleva a ver a mi padre. Mis hermanas, se incorporan a la escena. Tras el barullo inicial, la mujer, con sus tres montañas de celofán y cintas pregunta con una gran sonrisa y mirando nuevamente hacia abajo "¿Y las niñas. Dónde están esas tres preciosidades, que tengo un regalito para ellas?"

Creo que por entonces mi hermana pequeña debía de tener unos 30 años, así que yo tendría 37 y la mediana 33.  Nosotras intentando contener la risa bajábamos la mirada mientras mi madre le decía señalándonos: "Pero muchacha, estás tres son mis niñas, ¿quienes van a ser?" La mujer se quedó pálida y algo titubeante nos alargó a cada una nuestro exuberante paquete con chuches y una muñequita dentro, susurrando un abochornado "lo siento... al decir las niñas...". ¡Cómo nos reímos, la verdad! Y qué bien nos vinieron las nubes, gominolas, chocolatinas, regalices, pica pica y caramelos de la más diversa índole como postre.

Y aquí llega la conclusión de la historia, Para nuestros padres siempre somos niños:  los niños que llevaban a pasear al parque, los que aprendieron a andar de su mano, los que ponían los codos y cantaban en la mesa, a los que ayudaban a hacer los deberes y arropaban en la cama con un ruidoso beso de buenas noches. Aunque tengamos ya  unas profundas patas de gallo, somos LOS NIÑOS y eso, que era enervante en la adolescencia, es delicioso cuando sí que eres mayor de verdad. Aunque lancemos improperios cuando, teniendo más de cuarenta años,  tu madre te recuerda que te laves las manos antes de sentarte a la mesa, o te regaña porque no llevas suficiente abrigo, la verdad que es bonito sentirte pequeño y protegido... la dureza del mundo real , del día a día, de sus inacabables obligaciones, queda atrás durante unos momentos, y entonces su calidez te rodea y te protege.

Los padres en general, y las MADRES en especial, tienen la capacidad de ver al niño que llevamos dentro. Nos miran directamente a los ojos y ese cachorro de humano que nos esforzamos por esconder ante amigos y compañeros de trabajo,  jefes y clientes, queda inexorablemente en pelota picada delante de ella. No hay nada que le puedas ocultar. Son como videntes que en lugar de ver el "más allá" ven el "más acá"  y saben si nos preocupa algo, si estamos tristes, asustados o contentos. Saben que algo pasa. Lo único que cambia es que ahora, en lugar de someterte al tercer grado de la juventud, te regalan una buena comida, te compran el capricho que saben que te gusta, te atrapan con unos cuantos achuchones y te ofrecen toda su ayuda entre susurros cuanto te quedas a solas con ella en cualquier rincón.

Hoy, primer domingo de mayo, alzo mi copa por todas las MAMÁS. Por las que aún tenéis niños pequeños, deseando que disfrutéis a tope de la aventura en la que os habéis embarcado, para que tengáis fuerza y humor para reír pese al cansancio. Brindo  por aquellas que, como la mía, tenéis cachorros que peinan canas, agradeciendo los cuidados, mimos y regañinas que nos habéis regalado durante todos estos años. Brindo por las mamás que no ya no están, porque su cariño sigue calentando el corazón de los hijos que siguen aquí.  Brindo por la madres que no lo hemos sido, pero que intentamos sentirnos como tales siendo madrastras (mamastras según mi amiga Elena) o tías (¡qué gran cargo el de tía!). Gracias a todas las Madres por hacer que el mundo siga adelante. Por sacrificar tanto, por regalar vuestro tiempo, vuestra juventud, vuestra energía inagotable y vuestra irresistible magia.

Gracias MAMÁ por seguir considerándonos TUS NIÑAS. Por llamarme Malenita. Por lograr hacerme sentir como una niña cuando me veo reflejada en tus ojos. Por avergonzarnos cantando nuestras virtudes a los cuatro vientos. Por estar siempre ahí cuando te necesitamos. Por soportar con paciencia las mil y una peticiones que seguimos haciéndote. Por ayudarnos aún si pedirlo. Gracias por respetar nuestras decisiones aunque no las comprendas. Por adoptar a nuestros amigos y hacer que se sientan como en casa. Por cuidar a mis perros. Por estar como una cabra, por hacerme reír, por cuidarnos a todos. Gracias por ser tú, la Sole, la del moño, la preciosa venezolana.

Sirvan estos párrafos como el dibujo que hacíamos en el  cole, como las amapolas y margaritas que cogíamos con ilusión y que ya llegaban chuchurrías a tus manos, como la tarjeta de cartulina mal recortada. Con la misma ilusión y cariño ¡FELIZ DÍA, MAMÁ!  
¡Feliz día a todas las MAMÁS del mundo!


2 comentarios:

  1. Mi querida hija Malenita: Si hay una madre ORGULLOSA, de sus hijas. SOY YO.
    Le doy mil gracias a Dios por la suerte que hemos tenido. Lo primero ser buenísimas personas, y todo lo que encierra el serlo. Sé que no te gusta que comente tus grandes cualidades y por eso me limito a decirte que. No cambio nada de como eres. Aunque tengas algunos defectillos, "todo el mundo los tenemos", PERO se hacen invisibles ante tu gran personalidad. Sé que todos tus amigos y las muchas madres que hoy felicitas estarán de acuerdo con mi comentario. Te queremos muchísimo y tus hermanas también te quieren muchísimo. Somos una familia unida y eso no tiene precio. Estoy muy emocionada y elevada mi ternura al ver las fotos de cuando eran pequeñas. LAS NIÑAS SIEMPRE LO SERÁN PARA TU PADRE Y PARA MÍ. Mil besos

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  2. ELDELASTARTASSSSSS
    Mira que escribes potito,potito,potito.Aún más, bien potito.Es que madre no hay más que una,y a ti te encontre en la calle. Eresla number one ,hija de mis amores. Tu amigo que te quiere. Besos.

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